Atisbo apenas, pequeños rastros de tu mundo,
Que es ajeno para mí, está vedado...
Lo miro a ratos y hago de cuenta
que es mío.
Logro tocar con mis dedos, suavemente,
lo que compone tu vida, tu alma,
tus sueños...
¡Pero no es suficiente para mí!...
Quisiera ser parte de tu mundo,
clavarme en tu piel,
para jamás separarme de tí,
para no sentir soledad cuando me alejo.
Siento que muero un poco
con cada adios.
Que en cada despedida
voy dejando tras de mí
parte de mi corazón
y de mi vida.
El carro avanza,
y yo miro atrás, dejando lágrimas
y corazón en el asfalto.
El carro me aleja de tí y
yo estoy triste,
por no poder detener el tiempo
y quedarme a tu lado...
Y tengo la certeza,
que llegará el dia,
en el cual, regresando a mi vida,
me percate que mi corazón
se quedó contigo.
MD.
