lunes, 26 de julio de 2010
Obscuridad...
Me envuelve la bruma,
no logro ver más allá de mis manos
y mis pies.
La brisa se detuvo,
y un silencio expectante
vigila, aguarda
la catástrofe,
dejando al descubierto
los temores y miedos
del pasado, que hoy
se hacen presentes.
Y de repente, quiero morir,
pero, lucho por la vida...
Dia tras dia, al abrir los ojos,
hago un esfuerzo sobrehumano
para no perder el norte.
Y con ello los vestigios de esperanzas
que quedan rezagados y perezosos
por no querer desvenecerse
por completo.
"Todo pasa", dices,
y el mundo se me hace intolerable,
queriendo salir huyendo
sin retorno.
El monstruo vuelve de a ratos,
mantengo una lucha cuerpo a cuerpo
dejándo mi espíritu cansado y mis ojos
enrojecidos por las lágrimas.
El dolor va y viene...
Pronuncio tu nombre a la noche
que es mi vida,
te llamo y tú respondes
y tomas de mi mano
alejando mis fantasmas.
Te quiero.
M.D.
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