lunes, 6 de septiembre de 2010
Sin sentido...
Te quiero... pero no puedo evitar querer huir cuando
algún giro de la conversación que mantenemos siempre,
me pone en alerta, a la defensiva...
Mi niñez tan precaria en afectos y tan fecunda en dolor,
relaciones paternales complejas y amargas
que , aunque los años ya han dejado medio enterrados,
medio olvidados...Aún me dominan.
Mi progenitor, ya no vive aqui;
sin embargo, logró, marcarme para siempre
haciendo intensas y tormentosas
mis relaciones con los hombres.
Instintivamente, mis sentidos se cierran a la realidad
y ya no escucho tu voz, ni veo tu rostro,
el temor me hace presa ...
Empujándome al vacio de la inconciencia.
Y me voy cada vez más lejos,
y ya no sé lo que dices, ni entiendo
tus argumentos.
Las lágrimas has comenzado a brotar
incontrolablemente...
Estoy cayendo al vacío,
y puedo estar así mucho tiempo,
y entonces... a lo lejos,
oigo tus palabras, el tono dulce
en que pronuncias mi nombre
y vuelvo la cara y miro tu rostro,
me ofreces un cigarro
y retomo mi ruta
de regreso a tus brazos...
M.D
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