jueves, 21 de abril de 2011
Llorar...Reir...
Déjame llorar por todo lo que he perdido,
por la soledad que hoy me acompaña,
por el amigo que me dió la espalda,
por el hijo que se fué
y volvió convertido
en un desconocido;
por el amor que dejé de sentir,
por el adios inminente a mi pasado...
Permite que ría...
que mi sonrisa se instale y no se aleje.
Reir de alegrías, más no de penas.
Reir de nuevo,
con una risa ancha y permanente
por tu presencia que está en mi mente,
y que de a ratos se hace verdad.
Hoy, lloro... mañana, seré feliz.
Y reiremos juntos porque,
me reivindica la vida
porque nada es eterno
y el llanto estuvo
de inquilino mucho tiempo,
haciéndome compañía.
M.D.
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