martes, 25 de noviembre de 2008

Un amor sin puerto.


El amor imposible,
es como una serie de olas
que van una detrás de la otra,
en un vaivén incesante,
sin tocar jamás la orilla.

Es incertidumbre perpetua,
carente de apoyo y ternura.
Pobre de este amor sin comienzo,
sin dirección,ni cordura.

Amor ciego e iluso,
que nació de una mirada,
de un gesto, de una palabra,
de promesas no declaradas.

Porque no hubo ningún pretexto
para alentar la esperanza,
de este amor sin asidero,
sin futuro, sin mañana...
Gregorio José

lunes, 17 de noviembre de 2008

Incertidumbre...


Es inútil anticipar las despedidas,
éstas llegan sin previo aviso,
como la muerte...

Como cuando te despiertas un día,
de repente, y te das cuenta
que te ha visitado el olvido.

No puedes presagiar las soledades,
porque el destino es el autor
de esa catástrofe.

No puedes obligar al corazón a no sentir,
a no esperar, a no llorar...
No nos pertenece, de él es dueño
aquél que se lo ha llevado.

Y puede que lo resguarde en su seno,
como también puede, que lo arroje
al infierno.

De ello depende la lucidez o la locura;
la felicidad o el desconsuelo.

Porque puede aletargarse un día
por cansancio ó por tristeza...

Pero,nunca lo verás
renunciar a la esperanza
de escuchar de nuevo tus pasos.

...No dejará de latir...
MD.

martes, 11 de noviembre de 2008

Tiempo....


Y aguardo en silencio,
Sin lágrimas...
sin dejar que ninguna emoción
se apodere de mi espíritu...
Porque debo mantenerme entera,
evitando volar en pedazos,
rota...Dándole una oportunidad
a la vida, al sentimiento que me embarga,
a Dios ó a mí...
Así también,mi corazón, que
posterga su muerte, adormecido,
Cuenta los minutos y las horas,
y los días, hasta verte llegar.
Porque jugamos el juego que siempre
se pierde, una broma burda
para desviar el destino.
Puedo, dentro de mi loca desesperanza
mantener un ápice de sentido común
y esperar que todo ésto, que hoy me
entristece, y que me convierte en un ser insensible,
apático, sea un mal sueño?...
Soñado por los tontos, que imaginaron
que el mundo y sus propósitos,
se movían a su voluntad.
MD.

domingo, 2 de noviembre de 2008

La buena cosecha...


Árbol de buenos frutos,
signo de prosperidad,
adultez que llegas a mi alma,
signo de libertad.

Hoy por esa razón,
me comprometo aún más,
en aferrarme al timón
y por mi vida navegar.

Riendo lo que haya que reír,
llorar si hay que llorar,
esperar un fructífero futuro
y que el pasado quede atrás.

Hoy me acerco a una luz
de radiante intensidad,
que me libra del odio
también de la enfermedad.
Que me lleva a la abundancia
y así mis objetivos lograr.
Porque siempre estoy sereno
aún en la adversidad.

En la vida no hay casualidades,
nada sucede al azar,
todo proviene de Dios,
de esa fuente universal,
que me alienta, que me eleva,
hacia un plano más espiritual,
donde todos mis anhelos
ya se han hecho realidad.
Gregorio José

sábado, 1 de noviembre de 2008

Una extraña certeza...


Durante muchos años, a menudo
me he acordado de ti, o de tu imagen,
para ser más exacto, pues de aquello
que amamos una vez sólo nos queda
(al igual que de un libro) una muy vaga
impresión general y alguna anécdota.
Y a menudo también me he preguntado,
buscando entre la niebla del recuerdo
no sé si una respuesta, qué dejaste
en mí que sea mío todavía
y si no fue el amor, mi amor por ti
y no tú misma, aquello que aún me importa
y lo que busco aún al recordarte.
Si arde nuestra vida, ¿somos llama
o aquello que se quema y es ceniza?
En esa desmesura que es el tiempo
encuentran su razón amor y olvido,
pero no su medida. Al recordarte,
lo comprendo tan bien, que importa poco
saber o no saber, sino tan sólo
sentir que fuiste parte de mí mismo,
que dentro de mí estás, como mis sueños,
que son y no son yo, pero en mí nacen,
que ya nunca de mí podrás borrarte
y que, quiera o no quiera yo el olvido,
has de seguir viviendo con mi vida.
Qué extraña sensación esa certeza.

Autor: Abelardo Linares.