lunes, 17 de noviembre de 2008

Incertidumbre...


Es inútil anticipar las despedidas,
éstas llegan sin previo aviso,
como la muerte...

Como cuando te despiertas un día,
de repente, y te das cuenta
que te ha visitado el olvido.

No puedes presagiar las soledades,
porque el destino es el autor
de esa catástrofe.

No puedes obligar al corazón a no sentir,
a no esperar, a no llorar...
No nos pertenece, de él es dueño
aquél que se lo ha llevado.

Y puede que lo resguarde en su seno,
como también puede, que lo arroje
al infierno.

De ello depende la lucidez o la locura;
la felicidad o el desconsuelo.

Porque puede aletargarse un día
por cansancio ó por tristeza...

Pero,nunca lo verás
renunciar a la esperanza
de escuchar de nuevo tus pasos.

...No dejará de latir...
MD.

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