domingo, 10 de enero de 2010

Placer...


Besar tus labios y reconocerme en ellos.
Deleitarme al ver que mis sentimientos
reviven ante tí.

Saborear tu piel y hundirme en su suavidad,
sin remedio...

Placer, es sentirme penetrada de una manera
insoportablemente dulce.

Morir, renacer y volver morir, para luego,
resurgir con cada orgasmo.

Placer, es también escuchar tus gemidos,
que se han vuelto gratamente familiares,
cuando tú también llegas al éxtasis,
totalmente entregado.

Es enloquecer ante la incertidumbre de
tu veleidad, ante lo que sabes que me
lleva al desenfreno, y así,
llegar a mi propia culminación,
dándome entera, para dar paso
a que respondas a él,
entregándome el corazón en cada embestida.
MD.

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