sábado, 13 de septiembre de 2008

Sin querer...


De repente,
Sin darnos cuenta,
nos abandonó la cordura.

dejando tan sólo la urgencia
de una noche de locura.

Enrededando nuestros pies
entrelazando las manos,

Nos embriagamos de besos
fuertes y apasionados.

Tú no dijiste te quiero
y yo tampoco lo esperaba

Eres un desconocido
que se ha metido en mi cama,

que me revolvio el mundo,
que me dejó atolondrada,

con el corazón partido,
con el alma devastada.
MD.

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