Es imperativo escribir, mientras
se manifieste en mí, la pérdida.
El dolor que queda después de
haber sido inmensamente feliz...
Porque no puede ser de otro modo,
porque, así estaba escrito en mi vida...
Camino en círculos, y simpre llego
al mismo punto de partida: Tú.
Cambiaste mi vida, me volteaste el
mundo, poniendo punto y aparte
en mis pensamientos y deseos.
Hoy se hacen presentes en mi vida,
de vez en cuando, de tanto en tanto...
y eso me embriaga, me adormece,
y logro tocar el cielo, para
después caer en picada hacia
el infierno, hacia la nada.
Hoy, tengo que escribir sobre
lo que queda despues de saborear
lo que de repente se hace accesible,
eterno y mío...
Hoy,me muero!. Pero mañana pasa...
porque mañana tendré la certeza
de que Dios, quiera verme de nuevo sonreir.
M.D.
viernes, 4 de diciembre de 2009
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