Era tu hija consentida.
Una de tus Predilectas,
pero, hoy me siento abandonada
por mi propia culpa.
Eras el amor que envolvía mi ser
y dirigía mi vida.
Ahora siento que se apagó la luz
que guiaba mis pasos.
No soy nadie para que repares en mí,
como antes...
En realidad es mejor que ni me tomes
en cuenta.
Sé que es mi responsabilidad afrontar mis
errores
y aprender de ellos; pero ahora no me pidas
que encause mi vida, porque no puedo
y no quiero.
Soy un mar de controversias
y no puedo tomar ninguna decisión importante
estos días.
Perdóname, siento que te he fallado.
Me imagino que Tú sabías que sucedería.
Eres el dueño y hacedor del destino.
Qué te puedo decir?
Contra tí quién? Nadie,Padre,
Somos unos ingenuos-pendejos,sí todavía
creemos que nosotros somos dueños de nuestro
destino, y tanto que trabajamos para
que se adapte a nuestra conveniencia!.
A veces desearía ser menos humana,
También desearía que mi corazón fuera más fuerte
y no sucumbiera ante cualquier vestigio de
ternura.
Te Quiere...
MD.
No hay comentarios:
Publicar un comentario