jueves, 16 de octubre de 2008

Dejarte ir...


Inexorablemente lejos de mí...
Porque me hace daño tu recuerdo,
porque me persigue tu fantasma.

Te quedaste habitando mi morada,
poblando mis rincones,
pero ausente...

Lejano...
Permitiste que tocara tu piel,
pero cubriste tu corazón de mi mirada,
para evitar que viera tu flaqueza.

Tal vez llegué muy cerca y
te asustaste,
no lo sé...

Por mi bien, debo desconectarte
para siempre...
Cada gesto, cada beso,
cada palabra expresada.

Tengo la certeza de que
lograré respirar por mi cuenta,
Y en cada respiro,
sacaré poco a poco
tu recuerdo.
MD.

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